Mis viajes y…

13 julio. Sallent

Bueno empezamos saliendo del hotel pronto y según me acero al puerto de la Bonaigua,  he visto que empezaban las nubes y por eso me he puesto el chubasquero. Hasta ese momento no hacía mucho frío, pero ha sido llegar a la Bonaigua ponérmelo y no quitármelo hasta que llegado he llegado a Sallent. No me ha quitado agua porque realmente no ha llovido prácticamente nada, pero hacía una rasca bastante importante a pesar de no llover. Aquí no ha sido posible parar ni ver nada porque las nubes estaban muy bajas.

Luego he continuado enlazando un puesto tras otro. En el Col d’Azet aparte del frío, había un viento insoportable. Dejo la moto en su pata de cabra y parecía por momentos que se fuera a caer. De aquí me voy al Col d’Aspin y el Tomtom me lleva por unos sitios la verdad que inimaginables, si queréis buscar sitios poco transitados hacerle caso.

13 julio. Sallent

Valle de Aran. Monumento ciclista

Col d’Aspin

Vista Pirenaica

Por fin voy camino del Tourmalet ,yendo hacia él me toca un hijo de p***, perdón pero es el único adjetivo que tiene, porque va continuamente pegado a mi trasera y en un frenazo que he tenido que hacer por culpa del de delante a poco más y me embiste por detrás. Le dejo pasar y observo las putadas que sigue haciendo al resto de los conductores. Lástima no se estrelle, él solo claro. A todo esto voy viendo como el depósito se va vaciando y no encuentro una puñetera gasolinera en todo el camino. A mí que esto me pone muy nervioso, me hace no detenerme en el Tourmalet a pesar de que tenía visitas programadas. Decido bajar el puerto en punto muerto para ahorrar gasolina. Por fin una vez bajado el puerto, llego a la población de Barèges, donde hay dos surtidores que me permiten cargar la moto.

Ya más tranquilo, aprovecho que hay multitud de restaurantes y me meto en uno a tomar el ‘Plat du jour’ que se compone de una especie de entrecot no excesivamente grande con salsa Rochefort, patatas fritas y unos trozos de lechuga con algo encima. De postre unas crepes de chocolate total 13,50€. A mi me parece caro, pero… es lo que hay.

Pasamos a la jornada de tarde. Para cambiar un poco, toca turismo de ciudad. Luz de Saint Sauveur es el pueblo que toca visitar. Una iglesia y una plaza que no tardo en encontrar. Tras la visita de rigor, vuelvo a la carretera para seguir pasando puertos, son el Col de Soulour y el Col d’Aubisque. Impresionantes ambos, pero la carretera que va del primero al segundo acojona. Empieza con velocidad máxima 25km/hora (para que te vayas enterando que es una carretera peligrosa), Más adelante, pasa a limitar a 90, pero ya os digo yo que hay que saber muy bien lo que llevas para pasar de 50, también porque el asfalto va acorde a la anchura y trazado de la carretera, o sea, malo. La carretera merecía unas fotos, pero lo mala que era y el tráfico de motos, no permitían una parada para sacar la máquina. Una vez superada la prueba me dirijo al Portalet, donde no paro más que para la foto de rigor, pues ya tengo ganas de llegar al hotel.

Luz de Saint-Sauveur

Luz de Saint-Sauveur

Col d’Aubisque

Col d’Aubisque

Eaux-Bonnes. Casino

El Portalet

Dicho y hecho, una vez aposentado en el hotel y aseado, me dispongo a pasear y buscar para cenar. Me tengo que volver a por la chupa de la moto porque el frío es importante. El caso, es que me meto un menú y me vuelvo pronto para acostarme. Aguantar la moto va haciendo mella en mis doloridos brazos.

Mañana la ruta tiene una importante parte por España, sin embargo paso de nuevo a Francia y esta vez duermo allí. Vista la temperatura, mañana salgo directamente con la chupa por encima.

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